martes, 19 de abril de 2016

Atentos.


Se acercó a alguien y le dijo:

- Tengo un secreto, y te lo voy a contar, así lo podrás gritar a los cuatro vientos. 

Fue diciéndole eso a diferentes personas, y todas terminaron observándola.

En un momento dado, se quedó quieta, sin moverse, y la gente empezó a impacientarse.
Algunos se fueron, y cuando ya todos empezaron a cansarse de esperar,
desapareció.

Nadie se dio cuenta de cómo lo había hecho o cuando, pero ya no estaba.

Entonces, se oyó una voz:
- ¡Pero cuéntanos tu secreto!
Y otras muchas se sumaron molestas y enfadadas para reivindicar lo que se les había dicho.

Al ver esa situación, la chica se fue.
No entendía por qué le pedían lo que ya había hecho: era viento y se lo enseñó.
No tenía sentido que se enfadaran, así que el nuevo quinto viento decidió llevarse su historia a otra parte.