domingo, 29 de diciembre de 2013

Camino de estrellas

Empieza por las estrellas de los pies. Son de mentira, pero hacen cosquillas igual.
Una pequeña ráfaga de aire se mueve donde antes estaban.
Va dando saltitos hacia la cintura, para encontrarse con un camino que le lleva a la parte baja del inicio de la constelación.
Una constelación aparentemente sencilla, pero que si miras atentamente descubres que posee pequeños destellos casi invisibles. Los va descubriendo mientras resigue aquel dibujo sin lineas.
Un temblor hace que todo el pequeño universo se mueva.

Paso a paso, la constelación se hace más y más grande. Ramificaciones la van completando.
Se expande por los brazos de manera desigual; incluso llega a rozar un dedo.

La constelación continua por el cuello, haciendo así un estrellado collar. Y sube hacia ambas orejas a la vez, pero en una se queda allí, como si hubiera una pared en ese rincón.
Por la otra se va a la cara, cruzando la mejilla y llegando, al fin, a una Luna creciente.

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