miércoles, 4 de junio de 2014

Cinética

Bailaban y bailaban. Y no dejaban de bailar.
Entonces cerro los ojos para dar una gran vuelta sobre si misma.
                                            Al abrirlos, ya no bailaba.
Estaba quieta.
Sus pies no se dejaban de mover, pero ella seguía quieta.
Se dejo llevar por sus pies a saber donde.

Pero los pies acaban doliendo de tanto dejarse llevar, así que se opuso a ellos y 
PLUF! 
cayó.
Todos le dijeron que dejara de bailar, que "si caes, quiere decir que no eres suficientemente bueno". 
 Y una multitud, es una multitud.

Así que cogió a su pareja de la mano, y se fueron bailando allí donde las mariposas son eternas y los patos bailan muy bien.

Dicen que nunca dejaron de bailar, pero puede que eso ya se lo inventen; o no...

Mariposa, déjate volar. 

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