sábado, 12 de julio de 2014

Ami-gría

Hoy he conocido a la alegría con patas. Eran dos pequeñas piernecitas que corrían hacia todos lados a la vez.

Dicen que se llama Amina, pero creo que se equivocaron en la transcripción de su nombre.
Puede que quieran esconderla para ellos solo; pensad que hay gente que no puede ser alegre, por eso no la dejaban ir demasiado lejos, por si la perdían.

¿Nunca habéis perdido por momentos, o completamente, alguna cosa?

Yo una vez perdí la capacidad de pensar en los demás como parte de mí, pero mi persita me enseñó la diversión condensada en imagenes y poco a poco recuperé lo perdido.

A veces tenemos que dejar que alguien como Amina con sus piernecitas nos haga reír y sonar a campanillas para poder abrir los ojos que se cerraron.


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