martes, 20 de enero de 2015

¿Hace falta un motivo?

Últimamente me arrastro perdida entre canciones, libros de textos que no me aportan nada y descubrimientos a medias.

Me arrastro tanto, que se me han quedado las marcas del suelo por todas partes, incluso en los sueños,
o eso supongo,
                      pues mis padres me han dicho que he discutido mucho estas noches pasadas.
De tanto estar por el suelo, me deben haber confundido con una alfombra o algo parecido, pues tengo unas marcas como de pisadas por la espalda.

Bueno, que al final con tanto cuento, no cuento nada.

Lo que quería decir hoy aquí, es una respuesta que se aplica al pasado, futuro y presente de mí, de este lugar. La pregunta a la que respondo es:
¿Escribes sobre mí? ¿Me lo tengo que tomar como una indirecta?
A lo que respondo:

Sí, escribo sobre ti, ser que lees esto, que vives mis días de lejos o de cerca. Escribo sobre lo que vivimos y aburrimos, cambiándolo todo para que pase a ser un secreto mío compartido. Escribo sobre pensamientos de merluza bailarina o de lluvia interior. Escribo por escribir, por ti, por mí.
Escribo para la curiosidad que raptó al gato que tenía por aquí pululando.

Escribo por las palabras que sé y por las que no.

Plasmo recordando, así seguro que nunca olvido.



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