sábado, 21 de febrero de 2015

Pulular

En Barcelona siempre hay gente que espera.
Puede que a un acompañante
(o varios) 
o a un transporte.
Incluso puede que esperen el momento en el que sabrán a qué esperan.

También encontramos las palomas que asustan a la gente,
y los valientes que intentan asustarlas.

Después hay otros que las acompañan.
Estos no esperan aquí.

Las palomas, se han apoderado de su vida completamente.
Han creado su familia, adoptando a unos loros verdes perdidos.

Pero siempre hay esos seres que esperando se aburren,
y deciden interrumpir imágenes que no han sido captadas.
Puede que desconozcan la fugacidad de los momentos.
                               Esperemos.

Y los perdidos.
Los perdidos, son seres que, en pequeñas cantidades, son sumamente interesantes.
Te dan ganas de redescubrir aquello que piensas que conoces.
De perderte entre calles y lugares.
Creo que es por eso que me gusta Barcelona:
siempre me acabo perdiendo y encontrando pequeñas historias que jamás serán captadas correctamente.

2 comentarios:

  1. En Barcelona siempre hay gente que espera.
    Y el miedo que yo tengo dentro, ¿en qué lugar de Barcelona tendría cabida?
    No me gusta esperar.

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    1. Si te soy sincera, creo que un miedo (no) tiene cabida. Todo depende de como le trates.
      Esperando llegas a muchos lados, aunque si esperar, puede que llegues a más.

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