La fuerza nace del sentimiento.
Algunos se guían por la valentía o el odio, el amor o la traición, la temeridad o ese sentimiento de superioridad. En este mundo, todos nos guiamos por un sentimiento; incluso la indiferencia. Hoy empieza mi reto personal: hacerme fuerte sin tu ayuda.
Quiero que entiendas que te necesito, pero que no hago mis movimientos al son de tu música. También yo quiero entender que puedo ser más fuerte siguiendo mi rimo, mi compás.
No es que no te quiera o que no quiera que estés más por aquí, no; lo único que quiero es vivir sin esa obsesión que crece más y más dentro de mi cabeza y me crea una especie de adicción a ti y a tu sonrisa. Por decirlo de alguna forma, quiero tu sonrisa, pero quiero solo necesitarla a veces; no quiero depender de ti.
Quiero ser yo tu droga, no ser una adicta a ti.
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