jueves, 14 de marzo de 2013

Una estantería llena de ti


¿Sabes ese momento en el que ves una estantería que se aguanta por los pelos, pero que queda bonito donde esta?
A ti y a mí nos pasa una cosa parecida. Sí, fue bonito mientras hablábamos cada noche; mientras te metías en mi cabeza durante el entreno, y yo, esperaba impaciente el momento de acabar y poder hablar contigo.

La verdad, nunca pensé que pudiera pasar, y menos en aquellos días mientras nos apoyábamos el uno al otro.
Pero pasó, y ahora no se como hacer para que vuelvas a hablarme; como antes.
De repente; así, de pronto, la estantería cayo.

De pronto, un día no me miras, y te hablo y me cortas; me tiras los libros de la estantería que tanto me llego a gustar.
Esa estantería le daba a todo un aire más familiar, más acogedor; como si con ella, todo acabara de cuadrar.
Soy muy exigente con los muebles de una habitación, y en esa estantería que parecía perfecta guardaba cada noche, cada conversación, cada palabra que me decías.

Llegue a creer que podría arreglarla, o que simplemente era un efecto óptico el hecho de que se fuera a caer; pero no lo fue, y ahora quiero volver a colocarla donde estaba; quiero que volvamos a hablar, como antes, como tu me pediste y yo cumplí.

Ahora mismo, me gustaría volver a la tienda de muebles, volver a ver esa estantería única, y directamente, que estuviera nueva, así todos estos problemas innecesarios no estarían pasando.

Quiero decirte que me gustaría que me ayudaras a colocarla, si algún día tienes tiempo para mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario