Adiós Dulcinea.
He decidido partir de tu lado al fin y así dejar que te vuelvas a enamorar;
pues se que por mucho que lo intente, no soy un príncipe azul.
He logrado entender que no volveré a dormir contigo y a soñar juntos.
Sé que por mucho que necesites a alguien, ese alguien ya no soy yo.
Me voy sin darte demasiado tiempo para que te despidas, pues acabaría quedándome.
En ese sentido soy muy débil.
Bueno; en casi todo soy débil. No pude mantenerte a mi lado y demostrarte todo lo que significas para mí.
Ahora me marcho hacía el Olvido de tu querida mente, donde permaneceré hasta que un día,
mi querida Dulcinea, decidas despertarme y dejarme marchar.
Por el camino tropezaré y caeré; y puede que al final, me encuentre y no me vaya al Olvido, si no, que me vaya de tu vida. En mi camino de incerteza, todo puede ser.
Un abrazo sincero y con amor,
yo.
navegando en internet me tope con tu blog y me ha encantado tu escrito...
ResponderEliminarmuchas gracias por pasarte por aquí y dejar una pequeña parte de ti. Hasta otra.
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