domingo, 4 de junio de 2017

¿Qué me has hecho, Burton?


Soy un monstruo.

Tengo la cara larga y afilada,
unos ojos tristes y expresivos,
una piel blanquecina e irregular,
el pelo largo y ceniza,
unos brazos y manos finas, largas,
como mis piernas,
que hacen de mi cuerpo algo luengo, tedioso de recorrer.
Unos labios tan pálidos que no resaltan,
junto a unos colmillos de tiburón.

Soy un monstruo.

Aprendo realmente rápido,
mi curiosidad seguro que es la que nunca pillo al gato por estar preguntando sobre otras cosas,
si no te he visto antes que tú a mí, es porque no llevaba las gafas puestas;
y si me das una escalera, puedo llegar al sol.
Siempre recuerdo recuerdos, oídos de otros,
murmullos que noto en la piel.
Menos de lo que me gustaría pero más de lo que se espera,
de mí salen palabras que se hunden,
que tocan una parte que ni siquiera yo conozco,
y,
a veces,
suenan.

Soy un monstruo.

Exageradamente grande.
Abrazos de oso.
Tan alto, que me pierdo en las nubes.
Llegando al corazón de la Tierra.
Pocas veces me veréis mirar hacia arriba.
Es mentira.

Soy un monstruo.

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