lunes, 11 de febrero de 2013

Un ramo y un botiquin

Una grand explosión en mi cabeza.
¿Que acaba de pasar?
Me he pasado toda la tarde pensando que te diría cuando te viera. Estaba nerviosa por el hecho de hablar contigo; de como siempre, decirte más con la mirada, ya que con mi voz no puedo. Me aterrorizaba que después de toda la sinceridad de mis ojos, tu te asustaras y te fueras como si nunca hubiera venido yo; como si el día que nos conocimos no hubiera existido.
Se me ha hecho un nudo en el estomago solo de pensar que te tenía que dejar de hablar. Obligarme a casi todo, menos a eso. Es una de las promesas que no podría cumplir; me dolería demasiado.
Puede, que nunca nos hubiéramos llegado a conocer; pero si te soy sincera, esta etapa de mi vida hubiera perdido mucho sin ti.
Puede que la sinceridad duela, más a quien la utiliza para ayudar a mejorar, que a quien recibe la ayuda.
Tu me has enseñado que puedes decir la verdad sin que duela tanto; puedes regalar un ramo de rosas con espinas, y traer un botiquín para las heridas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario